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LA REENCARNACIÓN BORRADA DE LA
TEOLOGÍA CRISTIANA


Si Jesús Cristo y los primeros cristianos aceptaban la reencarnación, nos preguntamos entonces, por qué esta verdad se perdió en algún momento y por qué no forma parte de la teología cristiana oficial hoy en día.
La respuesta a esa pregunta hay que comenzar a buscarla en los eventos históricos que siguieron al Primer Concilio de Nicea en el año 325 AC, cuando el emperador romano Constantino decidió convertir el cristianismo en la religión oficial del imperio.
Sobre este tema se ha escrito mucho recientemente gracias al trabajo de historiadores y eruditos, los cuales han contribuido a una mejor comprensión de los orígenes del cristianismo apoyándose en nuevos documentos de gran valor histórico como son los códices gnósticos descubiertos en Nag Hammadi (Egipto) en 1945, que incluyen varios nuevos Evangelios, y a los Pergaminos del Mar Muerto encontrados en Qumrán a partir de 1947.
Por ejemplo, el libro Children’s Past Lives, de
Carol Bowman y Steve Bowman en el capítulo 14,
“Dogma bites man”, resume muy claramente cómo ocurrió ese proceso (http://www.childpastlives.org/
dogma.htm). ejemplo, el libro Children’s Past Lives, de




EL DOGMA MUERDE AL HOMBRE


El asombroso carisma de Jesús Cristo y su ministerio de buena-nueva cambió profundamente las vidas de los que lo conocieron y siguieron. El entusiasmo y espíritu de los primeros cristianos se extendió por el Oriente Medio hasta que lo que comenzó como un inspirado culto de judíos en la polvorienta Judea creció hasta convertirse en un movimiento religioso revolucionario que abarcó todo el imperio romano.
A medida que las ideas se dispersaban, se colaban a través de las prácticas y teologías de las religiones existentes y tomó formas que Jesús no hubiera reconocido —especialmente la institución del sacerdocio para mediar entre el hombre y Dios.
Durante los primeros tres siglos de la era cristiana, no existía una sola doctrina cristiana, la teología y doctrina cristiana —interpretaciones de las enseñanzas de Cristo mezcladas con ideas de otras filosofías y religiones—eran intensamente debatidas al menos por los primeros trescientos años.
Muchos de los pilares de la fe que los cristianos toman por dado hoy eran, durante este largo período de flujo, simplemente otro punto de vista más entre muchos.
Es un hecho que algunas sectas cristianas y escritores aceptaban la reencarnación como una extensión de las enseñanzas de Cristo. Orígenes de Alejandría, uno de los aclamados Padres de la Iglesia y descrito por San Gregorio como “el Príncipe de la enseñanza cristiana en el tercer siglo”, escribió:
“Cada alma viene a este mundo fortalecida por las victorias y debilitada por las derrotas de sus vidas anteriores”.
Entonces, si la reencarnación era una idea en circulación entre los primeros cristianos, ¿por qué ha desparecido de la religión cristiana tal y como la conocemos hoy?
A principios del siglo IV, las más fuertes facciones cristianas pugnaban unas con otras por influencia y poder, mientras que al mismo tiempo el imperio romano se desmoronaba. En el año 325 aC, en una movida para tratar de renovar la unidad del imperio, el dictador absoluto Emperador Constantino convocó a los líderes de las facciones Cristianas en pugna al Concilio de Nicea.
Él les ofreció lanzar todo su poder imperial a favor de los cristianos si ellos resolvían sus diferencias y acordaban un credo único.
Las decisiones que se hicieron en este concilio crearon la fundación de la Iglesia Católica Romana. (al poco tiempo, los libros de la Biblia serían editados y “corregidos” también).
A favor de la unidad, todas las creencias que entraran en conflicto con el nuevo credo serían descartadas; en el proceso las facciones y los escritos que soportaban  la reencarnación fueron desechados.
Entonces, con el aplauso y el apoyo de los líderes cristianos, Constantino procedió a eliminar las religiones competidoras, haciendo su dominio personal sobre el imperio aún más absoluto.
El resultado de este matrimonio entre Iglesia e imperio estatal trajo como resultado una nueva Iglesia hecha a la imagen del autocrático imperio romano.
Éste es el porqué de que, según algunos historiadores, la Iglesia exalta la autoridad central no cuestionada, impone un único credo dogmático, y trabaja tan duro para eliminar las ideas divergentes. Esto es muy importante porque la reencarnación cayó fuera del credo oficial.
Aparentemente algunos cristianos continuaron creyendo en la reencarnación aun después del
Concilio de Nicea, porque en el año 553 aC la Iglesia tuvo la necesidad de enfrentar de nuevo el concepto de la reencarnación y condenarlo explícitamente.
En el Segundo Concilio de Constantinopla el concepto de la reencarnación, unido con otras ideas bajo el término “preexistencia del alma”, fue decretado como un crimen merecedor de la excomunión y condenación (anatema).
Cita: “Si alguna persona afirma la fabulosa preexistencia del alma, y afirma la monstruosa restauración que sigue; que esa persona sea anatema.”
¿Por qué la Iglesia se esfuerza tanto en desacreditar la reencarnación? El impacto psicológico de la reencarnación puede ser la mejor explicación.
Una persona que cree en la reencarnación asume responsabilidad por su propia evolución espiritual a través del renacer.
Él o ella no necesitan sacerdotes, confesionarios o rituales para evitar la maldición (ideas estas que por cierto no son parte de las enseñanzas de Jesús).
Esa persona necesita solamente ocuparse de sus propios actos hacia él mismo y hacia los demás.
Creer en la reencarnación elimina el miedo al infierno eterno que la Iglesia usa para disciplinar a su rebaño. En otras palabras,
la reencarnación directamente socava la autoridad y el poder de la dogmática Iglesia.
No es de extrañar entonces que la reencarnación ponga a los defensores de la fe tan nerviosos.
A pesar del decreto del 553, la creencia en la reencarnación persistió entre los creyentes de fila.
Hicieron falta otros mil años y mucho derramamiento de sangre para completamente borrar la idea.
 A principios del siglo XIII, los cátaros, una devota e iluminada secta de cristianos que creían en la reencarnación, floreció en Italia y en sur de Francia. El Papa lanzó una cruzada para detener semejante herejía, medio millón de personas fueron masacradas, villas completas de una sola vez, y los Cataros fueron totalmente barridos del mapa.
Esta purga impuso el tono de la brutal Inquisición que comenzaría pronto. No sólo la creencia en la reencarnación era causa de persecución, sino cualquier idea metafísica que cayera fuera del dogma de la Iglesia.
La criminal eficiencia de la Inquisición demostró ser efectiva. La persecución por parte de la Iglesia institucional amedrentó nuestra psiquis colectiva y nos rodeó de una cerca invisible que separa lo que es seguro de lo que es peligroso de creer.
Desde entonces, las personas que albergan ideas prohibidas han aprendido a mantener esos pensamientos para ellos mismos.
Nuestra memoria cultural aún recuerda el miedo a la represión por ser asociado públicamente con cualquier práctica de ocultismo, por usar los poderes psíquicos, o por creer en la reencarnación.
He aquí la fuente del doble estándar moral.
No es sorpresa entonces que muchas personas hoy creen en la reencarnación privadamente pero temen que si se hace público, serán atacados por ser diferentes o raras (la palabra moderna para herejía).
Tal vez si comprendemos de donde viene ese miedo, podremos negarle su control sobre nosotros y apagar esa cerca invisible. Entonces cuando nuestros niños hablen de vidas pasadas, podamos seguir nuestro corazón y no nuestros miedos —y le creamos.


Tomado del libro “La Sociedad Espiritista Cubana”
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta, desde Venezuela










JESUS, EL HOMBRE

Hay suficientes evidencias históricas para asegurar que hace aproximadamente 2000 años vivió un hombre que dejó su huella indeleble en la humanidad. Su nombre fue Jesús de Nazareth y tuvo una actuación tan impactante en el momento histórico que le tocó vivir que nadie pudo olvidarse de él.
Algunos lo llamaron Dios, porque para esa época, todo lo que no se comprendía se tildaba de sobrenatural o se deificaba; otros lo tomaron como Mesías para la base de una nueva religión. Los que ostentaban el Poder, lo eliminaron físicamente, porque su mensaje era de liberación individual. Hablaba de la trascendencia del espíritu sobre la materia, de que no hacían faltan edificios para construir templos, de que cada uno podía ser dueño de su destino.
Con el correr del tiempo se hizo leyenda y se tejieron mil historias acerca de su vida, pero la esencia de su mensaje era profundo y conciso: Sólo a través del amor el ser humano encontrará el sentido de la vida.
Como suele suceder entre los hombres, tan paradójicos, en su nombre se edificaron templos, se nombraron representantes y se construyó la más grande estructura religiosa de Occidente.
También con la excusa de “evangelizar”, se impuso su mensaje con violencia, se eliminó físicamente a quienes pensaban distinto y se organizaron guerras, se combatió a la ciencia y nuevamente prevaleció la ignorancia y la necesidad de unos de imponer a otros. Lejos de sus enseñanzas de amor.
Transcurrieron muchos años desde entonces, y conociendo la ley palingenésica, seguramente muchos de nosotros habremos vivido varias de esas circunstancias descriptas, ¿Habremos sido sacerdotes católicos, cruzados y/o inquisidores? Muy probablemente.
A través de esas experiencias y después de cometer errores en el camino, nos debemos la actitud de encontrar una nueva mirada hacia ese hombre que fue Jesús de Nazareth, un verdadero espíritu superior encarnado y como muchos otros, incomprendido.
Como Jesús; Mahoma, Confucio, Lao Tsé, Sidarta Gautama, fueron ejemplos, arquetipos, modelos a seguir que también fueron más o menos comprendidos.
En el siglo XIX , en la plenitud de la ciencia positiva, un hombre menos místico y más científico marcó un hito: Consiguió desentrañar el mecanismo de la comunicación con los espíritus desencarnados.
Lo que le transmitieron hacía recordar en algunos aspectos a las enseñanzas de Jesús, porque hablaban de la trascendencia del espíritu sobre la materia, de que cada uno es dueño de su destino y de que el sentido de la vida era una búsqueda personal, insistían los espíritus que nadie necesita ser salvado, porque nadie está condenado.
Esta nueva doctrina se llamó Espiritismo, sin aditamentos, ya que provenía de los espíritus, y porque Denizard Rivail era un hombre de ciencias y como tal buscó un nombre nuevo para algo nuevo.
Como la cultura que rodeaba a Rivail era influenciada por el Cristianismo derivado de las opinables interpretaciones que se hicieron de las enseñanzas de Jesús, se vio en la necesidad de estudiar las similitudes y comparó, como todo científico, para sacar conclusiones.
Se asombró al comprobar que las enseñanzas de Jesús podían ser descifradas de una manera distinta a la luz de la doctrina de los espíritus, y que casi 2000 años después había llegado el momento de llamar a cada cosa por su nombre.
Claro que otra vez, entre lo que un hombre esclarecido puede comprender y expresar, y lo que sus seguidores pueden entender, hubo diferencias.
La figura de Jesús fue y es motivo de controversia entre los espíritas también. Es posible encontrar quienes piensan que Jesús fue un agénere fluídico, o que el Espiritismo puede ser mixturado con el Cristianismo o con otras religiones.
Los que estamos identificados con un Espiritismo laico, humanista, adogmático y progresista no coincidimos con esa postura, pero la respetamos, y al pensar que todas las búsquedas de espiritualidad son convergentes, estamos confiados en que los caminos se encontrarán.
Admiramos a Jesús hombre, lo que él representa como arquetipo de ser humano, y anhelamos liberarnos del lastre del personalismo y la imposición. Aspiramos a ser parecidos a él, un hombre firme en sus ideas y amoroso en su accionar, solidario con sus semejantes, capaz de dedicar su vida a sus ideales, comprensivo con las limitaciones propias y ajenas, de pensamiento universal, que evalúa, pero no juzga ni condena. Seguros de que todos somos parte de un mismo proyecto en distinto momento de evolución.
Para los seres humanos, como nos mostró Jesús, también llegará el momento de “sentir” y “ver” el futuro con optimismo y seguridad al comprender que estamos transcurriendo el camino de un proceso progresivo, que nos incluye a todos, porque tenemos la seguridad que detrás de esta aparente confusión está Dios, Inteligencia Suprema, Causa Primera de todas las cosas.
Allí nos encontraremos, más tarde o más temprano, en un acto continuo y dinámico de Amor Universal.

DANTE LOPEZ,
Presidente de C.E.P.A.


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LA LEY DE CAUSA Y EFECTO, CAUSALIDAD



Dr. Moacir Costa de Araújo Lima *


Traducción: Pura Argelich


En la Mecánica Clásica, newtoniana, la ley de causa y efecto relaciona la fuerza aplicada en un cuerpo con la aceleración producida, en función de la masa de ese mismo cuerpo.
De esta forma, la causa, fuerza, está relacionada con el efecto que produce en un cuerpo libre, aceleración, en función de la masa que va a ser acelerada.
De un modo general, a partir de estudios semejantes e, incluso, de simples observaciones basadas en el sentido común, llegamos a la conclusión de que no hay efecto sin causa.
Dentro del Universo Newtoniano, de una Física de certezas, se pasó a entender que, conocida la causa, se puede determinar con absoluta precisión el efecto.
En eso se basan las planificaciones tradicionales y la limitación de las personas que no hacen nada fuera de su manual de instrucciones, por que creen que allí están las causas, que activadas producirán todos los efectos deseados.
Se vivía la ilusión de poder prever resultados futuros con precisión absoluta.
Filósofos imaginaban que una súper mente, capaz de conocer todos los factores que en un determinado instante actúan sobre un cuerpo, podría precisar todo el estado de movimiento, así como la posición del cuerpo, en cualquier instante siguiente. Y, teniendo esa súper mente acceso a todas las informaciones relativas a los agentes causales actuando en el Universo, podría prever, con rigor absoluto, cualquier evento futuro relativo a personas, animales o cosas, del átomo a las galaxias.
Se estaba desvelando el panorama en el que tomaría fuerza la teoría del destino preestablecido y de nuestra imposibilidad de modificarlo, así como de cambiar cualquier cosa, en ese universo predeterminado y previsible.
No es ése el pensamiento actual.
Delante de una misma causa, podremos llegar a diferentes efectos, cada uno con distintos grados de probabilidad de que suceda.
CONSTANCIA • 39La incertidumbre ocupó el lugar de la certeza.
Lo que a primera vista nos podría parecer caótico, de hecho nos torna libres y responsables, pues si hay posibilidades hay elecciones; la posibilidad de escoger hace que seamos participantes y responsables de nuestros actos, realizados a partir de decisiones nuestras, que podrían ser diferentes.
Pero, a pesar de la fractura de la rigidez del principio, podemos continuar afirmando que no hay efecto sin causa y que también es posible establecer, con algún grado de certeza, la causa productora, por lo menos en algunas de sus características, de determinado efecto observado.
Sin embargo, no podemos tener sueños newtonianos, pues eso nos haría regresar a un universo del que seríamos meros espectadores.
De ese modo, muchas personas exageran cuando dicen que por no haber efecto sin causa, todo lo que sucede tiene alguna razón de ser.
Es verdad. Sólo que no siempre esa razón está preestablecida por fuerzas superiores a nuestra voluntad.
Voy a dar un ejemplo:
En 2004, cuando estaba terminando el libro “La Era del Espíritu”, al disponerme a desconectar el ordenador, éste me hizo una pregunta inusual.
Al revés de la frase conocida “desea guardar las modificaciones, etc.”, preguntó si deseaba revertir el archivo “La Era del Espíritu” a otro del mismo nombre, ya existente. Ese otro archivo sólo contenía el título.
Sin entender el significado de “revertir” en el lenguaje del ordenador, respondí que sí. Resultado: todo lo que estaba escrito se transformó sólo en un título y el libro fue borrado del ordenador, sin ninguna posibilidad de recuperarlo.
Conseguí reescribirlo en 3 días.
Pero lo que aquí importa analizar es lo que viene a continuación.
Yo podría haber llevado lo sucedido hacia el lado mágico de determinaciones superiores, o de emboscadas de inferiores, y pensado:
Bien, si eso sucedió ciertamente es para que el libro no se publique ahora. Hay algún designio en ese sentido. Y, si me hubiese conformado con la supuesta finalidad o maquinación de enemigos invisibles, o, creyendo que todo era un aviso para posponerlo, el libro no habría salido en la época adecuada.
Vivimos en un. plano en el que no todo está predeterminado. Estamos sujetos a accidentes de recorrido de los órdenes más diversos. En un primer momento me desesperé pero, después, reuní fuerzas, apoyos familiares, los más importantes que puede haber, y el libro vio la luz a tiempo.
Lo que interesa examinar aquí es lo siguiente.
40 • CONSTANCIA
Si el libro se perdió, habría algún motivo? No es verdad que todo lo que sucede tiene su razón de ser? Sí, sólo que no tenemos que vivir yendo detrás de razones mágicas a cada paso de nuestra vida, con el fin de no convertirnos en seres incapaces de luchar para conseguirlas transformaciones que queremos.
La razón era muy simple y, como todo en la vida, trajo su lección: Si no se entiende una pregunta, no hay que responderla. La causa fue simplemente una acción equivocada, causa inmediata; y la causa mediata fue responder sin saber lo que se estaba respondiendo.
Eso es para que no caigamos en el convencimiento de que todo lo que sucede es que tenía que suceder. Nos viciaron con aquella idea de un universo en el que no teníamos poder de intervención y pasamos a atribuirlo todo a factores externos a nosotros y, de modo especial, los religiosos, a factores mágicos e imponderables.
Lo que ocurrió no estaba escrito. Era sólo una de las posibilidades que se presentaron y que se transformaría en realidad o no, de acuerdo con la respuesta dada a la pregunta, elección de rol conciencia.
Por eso, no siempre es fácil identificar la causa y sin darnos cuenta - principalmente a través del pensamiento mágico - corremos el riesgo de hacer interpretaciones equivocadas.
En vez de pensar que estamos a merced de un destino, escrito en sus mínimos detalles, tenemos que habituarnos a administrar posibilidades. Eso sí que es una manifestación de libre albedrío que nos torna responsables.
Eso mismo enseñó Kardec cuando habló del libre albedrío.


* Moacir Costa de Araújo Lima, natural de Porto Alegre (Brasil) Abogado y Licenciado en Física Profesor Universitario en la PUCRS (Pontificia Universidade Católica de Rio Grande do Sul) Conferenciante y escritor
Maestro en Lingüística Aplicada en elárea de Lógica del Lenguage Natural
CONSTANCIA • 41


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COMUNICACION RECIBIDA EN: Alianza Espírita Allan Kardec

Sesión médiumnica de Junio 17 / 2010

MARIA DEL CARMEN (Médium)

Todos nuestros hermanos en misión entre ustedes hemos estado en la distancia escuchándolos los unos a los otros, porque todos nosotros tenemos muy diferentes experiencias. Sabido es en el mundo de lo espiritual en el que actualmente nos encontramos todos estamos en diferentes niveles de progreso y de evolución. Por eso en vuestras enseñanzas siempre se les deja saber que el mundo de ustedes el de la materia, y el de nosotros, lo espiritual, sólo tienen las diferencias creadas por vuestras condiciones existenciales. El mundo de lo físico, en sus actuaciones no tienen gran diferencia con el mundo de lo espiritual, porque tanto en uno como en el otro, somos seres humanos, refiriéndonos claro esta a nuestro Planeta Tierra. Que ya estan ustedes conscientes que bien lejos estamos de ser la única vida en el cósmico, somos un punto en el espacio, somos en la evolución planetaria, un grano de arena en el desierto, una gota de agua en el mar, comparativamente hablando.
Las diferencias que existen, cuando nos encontrábamos una vez más en el plano de lo material, en una habitación física, no dejar de existir al pasar al plano de lo espiritual, porque a fin de cuentas el cuerpo físico no es más que un instrumento a través del cual la materia en el mundo espiritual, podemos tener manifestaciones entre ustedes. Y nuestras experiencias en ese ir y venir entre una dimensión y la otra, son las que en un momento definitivo de una existencia se muestran con todas esas causales que ustedes reconocen y acuñan a través de otras enseñanzas no sólo escritas sino escuchadas y mucho más puestas en prácticas en diferentes situaciones.
He aquí que nosotros en nuestro ir y venir hemos vistos innumerables veces las consecuencias de nuestros errores. He aquí que un error de una entidad en cierto momento existencial puede provocar algo que es verdaderamente catastrófico para el resto de la humanidad. Pero no dejemos de comprender que todos aquellos que estan presentes en un plano existencial, en momentos trágicos como los que hoy estamos viviendo no estan ahí por casualidad, todos están en el escenario que debían de estar para recibir una enseñanza, para percibir en sus propias experiencias carnales las consecuencias de errores del pasado.
Todos y cada uno de estos hermanos y hermanas nuestras, que se encuentran sufriendo las consecuencias del error de uno tenían que estar ahí, de la misma manera que trágicamente estan todos los que tienen que estar en accidentes, cuando ocurre una catástrofe, cuando ocurre un proceso catastrófico en la configuración planetaria, llámese tormentas, llámese terremotos, llámese productos de emisiones volcánicas. Todos y cada uno de los elementos de la humanidad presentes de tales experiencias, víctimas de tales experiencias, estan todos acudiendo a escenarios semejantes a las situaciones que fueron provocadas por ellos, o por otros que unidos eran compañeros de aventuras y compañeros de acciones y que algun día tenían que recibir su justa compensación.
Hermanos, ¿que nos queda?, si no sentir la tristeza de tener que contemplar lo que en algun día también nosotros fuimos elementos conspiradores para que pudiesen existir. Pero la diferencia esta en que la evolución de todos y cada uno de los que tienen que estar presentes en momentos como esos no han de ser los sufrimientos iguales para el que fue causante de tan terribles realidades en el pasado, que aquellos que quizás si trataron inútilmente de evitarlo, y no fueron ni escuchados, ni mucho menos comprendidos. Presente tenemos que estar pero los procesos no han de afectar a todos por igual, porque las consecuencias de todo lo que esta ocurriendo tiene que afectar a quienes alguna vez provocaron situaciones similares. ¿Es entendido así hermanos?
Todos, estamos presentes en momentos como este, ustedes una vez más llevando la manifestación física, un cuerpo, pero nosotros también estamos presentes, y nosotros también estamos sufriendo, porque estamos envueltos en una atmósfera muy deprimente, muy incierta, en que tratamos de auxiliar a muchos sin poder ser escuchados, por eso agradecemos tanto cuando se nos da la oportunidad de manifestar nuestras experiencias y de compartir con hermanos como ustedes esas inciertas realidades en que alguna vez nosotros también participamos y conocemos. Por eso cuando se nos presta oídos podemos comunicarles nuestra esperanza, nuestra fe de que este no es el fin, que a partir de todos estos trágicos sucesos habrán de crearse nuevas formas de vida. Recuerden que en muchos tiempos pasados las trágicas consecuencias de los errores en ciertos momentos de la historia provocaron que viniesen, que acudiesen a la salvación del resto de la humanidad hermanos y hermanas conscientes ya de que hacer. Con los conocimientos y elementos precisos para cambiar el rumbo de la humanidad.
En todo momento crítico de la existencia planetaria, y nos referimos al Planeta Tierra porque es este nuestro hogar, en todo trágico momento de la historia han surgido un hermano, o una hermana, una comunidad, dispuesta a levantar de las cenizas para construir de nuevo. Porque ese es el proceso planetario, poco es el hombre, y poco en sus conocimientos que han de ser capaces de destruir la obra del CREADOR. El Planeta Tierra tiene su punto en el espacio que nosotros ni en el plano de lo espiritual en ni el plano de lo físico podemos cambiar su rumbo ni evolución. Somos una vez más elementos de una labor de progreso y de evolución de toda esta tragedia con que así se adolece desde el punto de vista humano y han de surgir nuevos conocimientos, nuevas realidades que compensen los errores del presente y del pasado.
Las futuras generaciones, aquellas que habiendo conocido todo lo que hoy esta ocurriendo y centrados en sus labores de aprender como continuar en la evolución planetaria, esos hermanos nuestros podrán reconstruir lo que tan fácilmente la humanidad actual y pasada ha conllevado a la destrucción. Han de observar hermanos nuestros de que esos elementos que extraen de la Tierra y del mar, son restos de otras civilizaciones, de otros seres que alguna vez poblaron la Tierra por millones, pero llegó el momento en que ya su existencia estaba afectando la evolución planetaria porque no eran capaces de ser controlados por sí mismos y algo pasó, que yo no conozco, y si lo conozco lo olvidé, pero es igual a ser lo que hoy ustedes recobran, cientos y cientos, miles y miles de capas bajo la corteza terrestre. Todos ustedes conocen que esta materia que llaman petróleo no son más que los remanentes de condiciones fósiles de grandes mamíferos que poblaron la Tierra. Ustedes conocen ya, de que eso no esta ahí de la nada, son remanente de algo que caminó sobre la fase terrestre y hoy en día, descontroladamente el hombre persiste en extraer sin saber las tristes consecuencias que pudiese tener ese desequilibrio que estan creando.
Nosotros no tenemos las respuesta por qué la naturaleza actúa, evoluciona y no pregunta, el proceso tiene que continuar y bien poco somos nosotros los seres humanos, para tratar de interrogarle y saber por qué se presenta y trabaja de la manera que lo hace. La naturaleza esta cumpliendo su trabajo, su proceso evolutivo no puede detenerse por las pequeñeces de los seres humanos que aún en las diferentes dimensiones ya sea la espiritual o material pretenden algunos de ellos controlar. La naturaleza sólo responde a un mando, al CREADOR, a esa fuente de energía, a esa cosa creativa que todos llamamos por diferentes nombres, pero quien es y como se llama no lo sabemos, ni como nos responde, sólo podemos sentirlo, sentir sus vibraciones de amor, de comprensión para nuestros errores y siempre creativo, siempre evolucionando en las fases donde vibran un amor, el amor universal, el amor que no reconoce fronteras y que siempre da una oportunidad para el progreso y la evolución.
Nuestro amado Planeta Tierra ha sido sometido muchas veces a las consecuencias de nuestros errores. Nuestra falta de respeto, nuestra falta de amor, no amamos al Planeta, tratamos de robarle sus riquezas sin querer, ni siquiera pensar ni tener una visión de lo que pueda ocurrir cuando arrancamos de la Tierra lo que allí se encuentra. Cuando desmedidamente arrancamos los frutos del mar y repetidamente envenenamos la atmósfera que tenemos que respirar, eso trae consecuencias y de un modo u otro la naturaleza en su proceso, no de venganza si no en su proceso de evolución y progreso tiene que dejarnos saber de que hay una repuesta para todo y que a su modo y manera nos deja entender que basta ya.
El momento ha llegado que hay que detener ciertos procesos destructivos para que la evolución planetaria pueda continuar. No sólo estamos viendo las consecuencias del presente sino de un pasado muy lejano de civilizaciones en las cuales ni siquiera se tienen vestigios cometieron errores que nos llevaron a la destrucción de si mismos, y solo escaparonde ellos los que fueron capaces de ver más allá de las realidades materiales, de prestar oídos a las voces internas que les prevenían de lo que pudiera suceder. Y así a través de los tiempos las fuerzas de la luz y de la obscuridad se mantienen en constante defensa los unos de los otros, unos en la luz otros en la obscuridad. Pero tengamos presentes hermanos míos que la luz siempre triunfa y que siempre han de tener esperanzas de que el futuro del Planeta Tierra no esta en las manos de los inconscientes, de los que piensan sólo por sí mismo, y para ellos mismos, si no en las manos abiertas de los hermanos capaces de amarse los unos a los otros, respetarse los unos a los otros, conscientes de que todos, todos somos hermanos y que las diferencias que en este Planeta Tierra existen estan siendo creadas por nosotros mismos. Porque para la visión del CREADOR, todos somos sus hijos.
Con este pensamiento hermanos y hermanas nos retiramos pero conscientes de que todos y cada uno de nosotros con nuestros pensamientos y sentimientos estamos contribuyendo a que el futuro de la humanidad deje de ser lo que es hoy. Porque entonces aprendidas todas las lecciones del pasado y del presente podemos vivir amándonos los unos a los otros, respetándonos los unos a los otros, y por ende levantando bien en alto la antorcha del amor. Paz, amor y armonía y que así sea.

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Rene Dayre4:15am Apr 21
ESTE ARTÍCULO DEBIDO A LA BRILLANTE PLUMA DE DANTE LÓPEZ NUESTRO ACTUAL PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN ESPÍRITA PANAMERICANA A LA CUAL NOS ADHERIMOS, NO PIERDE VIGENCIA, Y POR EL MENSAJE ESCLARECEDEDOR Y EMINENTEMENTE DIDÁCTICO LO VOLVEMOS A TRAER A LA CONSIDERACIÓN DE NUESTROS AMIGOS Y ASOCIADOS. ¡QUÉ LO DISFRUTEN!


El Espiritu Protector
Dante López
Presidente dela Confederación Espírita Panamericana


Este es un tema doctrinario que está muy bien desarrollado por Kardec en el L. de los Espíritus, y profundizado por otros autores, como León Denis. Entonces, ¿Que podemos agregar de nuevo?
Hoy agradecemos a los espíritus que transmitieron aquellos primeros conocimientos pero comprendemos la influencia de la cultura judeo-cristiana que reflejan en la relación con el Protector conceptos como prueba, expiación y culpa. Después de haber transcurrido más de siglo y medio, los espíritas nos animamos a delinear nuevas formas de abordaje sin desmerecer aquéllas. Allí, la imagen del Protector era la de un ser un tanto lejano, en lo alto, que influía sobre nosotros casi sin nuestra participación y esta forma, sumada a una cierta resistencia de los seres encarnados para entender la importancia de la influencia del mundo espiritual, le daban al Protector un halo abstracto, un tanto lejano.
En muchas personas la idea del Protector es como si estuviese atrás, cuidándonos las espaldas. Hoy sabemos que para una evolución consciente es necesario interactuar, trabajar con él hombro a hombro, corazón a corazón. Hay varias formas de contactarse con el Protector:
- Mecànica, automática, recitando sin pensar, en una actitud de corte religioso.
- Utilitaria, recurriendo a él cuando lo necessitamos.
- Valorativa, conscientemente incorporado a nuestras decisiones de vida trascendentes.


Todos podemos identificar alguna o varias de estas formas en la relación con el Protector y también podemos saber cuántas veces percibimos intuitivamente una idea éticamente superadora que a veces no escuchamos porque va en contra de nuestro personalismo.
¿Cómo podemos entonces lograr una relación de interacción dinámica, donde asumamos que no tenemos todas las respuestas y que ese Ser que nos acompaña puede ayudarnos a elegir lo mejor? En primera instancia no será en la vorágine de la vida laboral activa, sino en la intimidad de la reflexión, en la serenidad de nuestras vibraciones aquietadas, donde podremos encontrarnos con él, que está allí, siempre esperándonos. En esa actitud reflexiva, tranquila, en la que podemos utilizar técnicas de relajación, meditación, respiración consciente o similar, podremos encontrarnos, o mejor reencontrarnos con nuestro Protector para que colabore con nuestra evolución espiritual.
Cuando logramos un estado de equilibrio emocional, podemos percibir a nuestro Protector y, en esa intimidad, conversar con él como con un viejo y sabio amigo. Es una invitación mirar de nuevo este tema, salir de lo estructurado y pasar a una etapa en que podamos abrazarnos energéticamente al Protector, y que la conexión se establezca y se mantenga en el sentimiento.